Breve repaso

Los alimentos ultraprocesados abarcan una amplia gama de productos listos para comer, incluidos snacks envasados, gaseosas (bebidas carbonatadas), fideos instantáneos y comidas preparadas.

Estos productos se caracterizan principalmente por estar preparados industrialmente, y por contener sustancias químicamente modificadas, extraídas de los alimentos, junto con aditivos para mejorar el sabor, la textura, la apariencia y la durabilidad, con una inclusión mínima o nula de alimentos integrales o enteros.

Los alimentos ultraprocesados, en todo el mundo, cada vez se consumen más.

En los países de altos ingresos, la proporción de energía dietética derivada de alimentos ultraprocesados oscila del 42% y el 58%, en Australia y los Estados Unidos, respectivamente, hasta tan solo el 10% y el 25% en Italia y Corea del Sur, respectivamente.

En países de ingresos bajos y medios como Colombia y México, por ejemplo, estas cifras oscilan entre el 16% y el 30% de la ingesta total de energía, respectivamente.

En particular, en las últimas décadas, la disponibilidad y variedad de productos ultraprocesados a la venta aumentó sustancial y rápidamente en países con diversos niveles de desarrollo económico, pero especialmente en varias naciones, densamente pobladas, de ingresos bajos y medios.

El cambio en el consumo de alimentos no procesados, y mínimamente procesados, a alimentos ultraprocesados, y su posterior contribución cada vez mayor a las dietas globales en los últimos años, plantea preocupaciones sobre la calidad general de la dieta, y la salud de la población.

Por ejemplo, algunas características de los alimentos ultraprocesados incluyen alteraciones en las matrices y texturas de los alimentos, posibles contaminantes del material de envasado y el procesamiento, y la presencia de aditivos alimentarios y otros ingredientes industriales, así como perfiles pobres en nutrientes (por ejemplo, mayor energía, sal, azúcar y grasas saturadas, con niveles más bajos de fibra dietética, micronutrientes y vitaminas).

La evidencia sugiere que tales propiedades pueden generar efectos negativos para las enfermedades inflamatorias crónicas, y que pueden generar, a través de distintos mecanismos fisiológicos conocidos o plausibles, cambios en el microbioma intestinal, y un aumento de la inflamación.

Una nueva revisión: impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud

Un grupo de investigadores de Australia, Estados Unidos e Irlanda llevó adelante una revisión general «en paraguas», para evaluar la evidencia presente en distintos estudios epidemiológicos observacionales, y en todos los metanálisis existentes, desde el 2009 al 2023, que exploraron las asociaciones entre la exposición a alimentos ultraprocesados, y el riesgo de resultados adversos para la salud. Los resultados fueron publicados en The BMJ.

La calidad de la evidencia se evaluó mediante GRADE (la sigla en inglés de Grados de Recomendaciones, Evaluación, Desarrollo, y Evaluaciones), y se categorizó como “alta”, “moderada”, “baja” o “muy baja”.

En el enfoque GRADE se considera inicialmente a todos los estudios observacionales como evidencia de baja calidad.

Los resultados: ¿qué encontraron?

La búsqueda identificó 45 análisis agrupados únicos (13 asociaciones dosis-respuesta y 32 asociaciones sin dosis-respuesta), con 9.888.373 participantes (casi 10 millones).

En general, se encontraron asociaciones directas entre la exposición a alimentos ultraprocesados y 32 (71%) parámetros de salud que abarcan:

  • Mortalidad
  • Cáncer
  • Salud mental
  • Salud respiratoria
  • Salud cardiovascular
  • Salud gastrointestinal
  • Salud metabólica

Hubo evidencia convincente (clase I) para las asociaciones directas entre una mayor exposición a los alimentos ultraprocesados, y un mayor riesgo de:

  • Morir, en relación con enfermedades cardiovasculares (Hazard Ratio, HR o cociente de riesgo 1.50; GRADE= muy baja) y diabetes tipo 2 (cociente de riesgo, dosis-respuesta 1.12, GRADE moderado)
  • Sufrir de ansiedad (razón de riesgo 1.48, GRADE = bajo)
  • Sufrir trastornos mentales comunes (HR 1.53, GRADE= baja)

Se encontró además evidencia altamente sugestiva (clase II) que indicó que una mayor exposición a alimentos ultraprocesados se asoció directamente con mayor riesgo de:

  • Morir por todas las causas (HR 1.21, GRADE = bajo)
  • Morir por enfermedades cardíacas (HR 1.66, GRADE bajo)
  • Padecer diabetes tipo 2 (HR 1.40, GRADE = muy bajo)
  • Presentar depresión (HR 1.22, GRADE= bajo)
  • De presentar trastornos del sueño (HR 1.41, GRADE = bajo)
  • Presentar sibilancias (HR 1.40, GRADE= bajo)
  • De presentar obesidad (HR 1.55)
  • De los 34 análisis agrupados restantes, 21 se calificaron como sugestivos o de fuerza débil (clase III-IV) y 13 se calificaron como sin evidencia (clase V).

En general, utilizando el marco GRADE, 22 análisis agrupados se calificaron como de baja calidad, 19 como de muy baja calidad y 4 como de calidad moderada.

Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?

Una mayor exposición a alimentos ultraprocesados se asoció con un mayor riesgo de resultados adversos para la salud, especialmente cardiometabólicos, trastornos mentales comunes y resultados de mortalidad.

Estos hallazgos proporcionan una justificación para desarrollar y evaluar la eficacia del uso de medidas de salud pública, y basadas en la población, para abordar y reducir la exposición dietética a alimentos ultraprocesados, para mejorar la salud humana.

Share This