Una investigación de Branislav Uhrecký, Veronika Kučerová y Denisa Paksi aborda cómo paramédicos y estudiantes regulan emociones en crisis. El estudio cualitativo, basado en entrevistas a 12 paramédicos experimentados y 10 estudiantes, ilumina el manejo del estrés en los exigentes Servicios Médicos de Emergencia (EMS), revelando la importancia de las estrategias personales ante la intensidad de su labor.
El ámbito de los Servicios Médicos de Emergencia (EMS, por sus siglas en inglés) es reconocido universalmente como uno de los entornos laborales más exigentes y de alto estrés.
Los profesionales que operan en este campo, específicamente los paramédicos y aquellos en formación para serlo, se enfrentan diariamente a situaciones de vida o muerte, escenas traumáticas y la constante presión del tiempo y los recursos limitados. Dentro de este contexto operativo, la capacidad de regular las emociones de manera efectiva no solo es deseable, sino que se considera fundamental para mantener el rendimiento profesional, garantizar la seguridad del paciente y preservar el bienestar psicológico del propio rescatista.
A pesar de la evidente relevancia de esta habilidad, las estrategias específicas que los paramédicos emplean para gestionar sus respuestas emocionales durante incidentes críticos no han sido estudiadas en profundidad desde una perspectiva cualitativa que capture la riqueza y complejidad de sus experiencias vividas. Ante esta necesidad de comprensión, fue llevado a cabo un estudio titulado originalmente «Tratas tu estrés haciendo lo que se supone que debes hacer», por los investigadores Branislav Uhrecký, Veronika Kučerová y Denisa Paksi.
Esta investigación se propuso arrojar luz sobre las estrategias de regulación emocional utilizadas por los paramédicos y los estudiantes de paramedicina cuando son confrontados con los estresores más intensos inherentes a su labor.
La Intensidad Emocional en los Servicios de Emergencia
El trabajo en los Servicios Médicos de Emergencia implica una exposición repetida a eventos de naturaleza traumática, sufrimiento humano agudo, violencia y situaciones caóticas e impredecibles. La constante confrontación con la fragilidad de la vida y la necesidad de tomar decisiones rápidas bajo extrema presión genera una carga emocional significativa.
Se espera que los paramédicos mantengan la calma, la compostura y la eficiencia operativa, incluso cuando sus propias respuestas emocionales internas puedan ser intensas. La naturaleza impredecible de las llamadas de emergencia, la diversidad de los escenarios a los que se enfrentan y la responsabilidad directa sobre la vida de los pacientes contribuyen a un entorno laboral intrínsecamente estresante.
Para los profesionales que recién se inician en este campo, como los estudiantes de paramedicina, esta inmersión en el estrés operativo y emocional puede resultar particularmente abrumadora, ya que aún no se han desarrollado completamente los mecanismos de afrontamiento y adaptación que se adquieren con la experiencia.
Se reconoce que el estrés crónico y el trauma acumulado pueden tener consecuencias negativas a largo plazo en la salud mental y física de los paramédicos, subrayando aún más la importancia crítica de comprender y fomentar estrategias de regulación emocional efectivas.
Voces de la Primera Línea: Un Estudio Cualitativo
Para explorar en profundidad cómo los paramédicos y los estudiantes de paramedicina manejan sus emociones durante las situaciones de mayor estrés, se adoptó una metodología cualitativa en este estudio.
Se consideró que un enfoque cualitativo permitiría capturar las experiencias subjetivas, las percepciones y los procesos internos de los participantes de una manera que los métodos cuantitativos no podrían lograr completamente.
El estudio se basó en entrevistas semiestructuradas, un formato que permite una exploración detallada de los temas predefinidos al tiempo que ofrece la flexibilidad para seguir líneas de investigación emergentes basadas en las respuestas de los participantes.
Un total de 22 profesionales fueron reclutados para participar en la investigación: 12 paramédicos experimentados, cuya trayectoria profesional les había permitido acumular una considerable experiencia en el manejo de una amplia gama de incidentes críticos, y 10 estudiantes de paramedicina, que representaban la perspectiva de aquellos que se encuentran en las etapas formativas de su carrera y que están comenzando a enfrentarse a la intensidad del trabajo de EMS.
Las entrevistas fueron diseñadas para indagar sobre los incidentes más estresantes que los participantes habían experimentado y, crucialmente, sobre las estrategias que habían empleado para regular sus emociones durante y después de esos eventos. La duración de cada entrevista fue considerable, oscilando entre los 50 y los 150 minutos, lo que facilitó la obtención de narrativas ricas y detalladas por parte de los participantes.
Esta extensión permitió a los investigadores profundizar en las experiencias, explorar los matices de las respuestas emocionales y comprender las complejidades de las estrategias de afrontamiento utilizadas. El análisis de los datos recopilados a través de estas entrevistas se llevó a cabo utilizando un enfoque de análisis de plantillas. Este método de análisis cualitativo permitió la combinación de la codificación teórica, basada en conceptos existentes sobre la regulación emocional y el estrés profesional, con la codificación exploratoria, que posibilitó la identificación de nuevos temas y patrones emergentes directamente de las narrativas de los participantes.
Este enfoque dual aseguró que el análisis fuera tanto sistemático y riguroso como sensible a la singularidad de las experiencias individuales compartidas por los paramédicos y estudiantes.
Las Estrategias de Regulación Emocional Desveladas
Los hallazgos del estudio revelaron que tanto los paramédicos experimentados como los estudiantes de paramedicina emplean una variedad de estrategias para gestionar sus respuestas emocionales durante los incidentes críticos. Entre las estrategias identificadas, se destacan el distanciamiento psicológico, la gestión de la atención, el enmarcado cognitivo y la autorregulación interpersonal. El distanciamiento psicológico implica la capacidad de separar la respuesta emocional personal de las demandas objetivas de la situación, permitiendo al profesional mantener un nivel de objetividad necesario para la toma de decisiones clínicas y operativas eficaces.
Esto puede manifestarse como una concentración intensa en las tareas técnicas o como la adopción de una perspectiva profesional que prioriza las necesidades del paciente por encima de la propia reacción emocional.
La gestión de la atención se refiere a la capacidad de controlar en qué aspectos de la situación se enfoca la mente, dirigiendo la atención hacia las tareas clínicas relevantes y alejándola de los estímulos emocionalmente perturbadores. Esto puede implicar concentrarse en los signos vitales, en el protocolo de tratamiento o en la coordinación con otros miembros del equipo, en lugar de detenerse en los aspectos más angustiantes de la escena.
El enmarcado cognitivo implica la reinterpretación de la situación estresante de una manera que la haga más manejable o menos amenazante emocionalmente. Esto puede incluir ver el incidente como un desafío profesional que debe ser superado, centrarse en los aspectos positivos (como haber podido ayudar a algunas víctimas) o racionalizar los resultados adversos como inevitables dadas las circunstancias. La autorregulación interpersonal se relaciona con el uso de la interacción con otros, como colegas o miembros del equipo, para procesar emociones y obtener apoyo.
Esto puede manifestarse a través de la comunicación verbal durante el incidente, la búsqueda de debriefing informal después del evento o la dependencia de las relaciones de apoyo dentro de la comunidad de EMS. Estas estrategias no son mutuamente excluyentes y a menudo son utilizadas en combinación por los profesionales para navegar la compleja carga emocional de su trabajo.
Diferencias Clave entre la Experiencia y la Formación
Un aspecto significativo que emergió del estudio fue la diferencia en la aplicación y efectividad de estas estrategias entre los paramédicos experimentados y los estudiantes de paramedicina. Para los paramédicos con años de servicio, la identificación con el rol profesional fue descrita como un pilar fundamental para mantener la distancia psicológica necesaria.
Con el tiempo, han desarrollado una sólida identidad como profesionales de EMS, lo que les permite activar un «modo profesional» que ayuda a equilibrar el compromiso emocional requerido para brindar atención compasiva con la objetividad necesaria para realizar su trabajo de manera efectiva. Esta identificación con el rol profesional actúa como un marco de referencia que guía su comportamiento y les permite navegar las situaciones estresantes con mayor resiliencia.
Por el contrario, los estudiantes de paramedicina informaron luchar más con este equilibrio. Al carecer de la experiencia acumulada y la identidad profesional completamente formada de sus colegas experimentados, a menudo se sienten abrumados por sus respuestas emocionales.
La intensidad de los incidentes críticos puede superar su capacidad inicial para emplear estrategias de distanciamiento o reencuadre cognitivo de manera efectiva.
Su vulnerabilidad emocional se ve exacerbada por la novedad de las situaciones y la falta de un repertorio de experiencias pasadas que les sirvan como referencia para contextualizar y procesar los eventos traumáticos. Esta diferencia subraya la importancia de brindar un apoyo específico y una formación en regulación emocional adaptada a las necesidades particulares de los estudiantes durante su educación y primeros años de práctica profesional.
La adquisición de estas habilidades se presenta como una parte crucial del proceso de convertirse en un paramédico competente y resiliente.
Incidentes de Alto Impacto: Los Gatillos del Estrés
El estudio también se centró en identificar los tipos de incidentes que son percibidos como particularmente estresantes por los paramédicos y estudiantes. Se identificaron tres categorías principales de incidentes de alto impacto. Los eventos de múltiples víctimas fueron señalados como una fuente significativa de estrés debido a su inherente complejidad y a las limitaciones de tiempo extremas.
Estos incidentes a menudo implican un gran número de heridos con diferentes niveles de gravedad, lo que requiere decisiones rápidas y eficientes de triage bajo una presión inmensa. La sensación de no poder atender a todos simultáneamente y la necesidad de priorizar quién recibe atención inmediata puede ser emocionalmente agotadora y generar sentimientos de insuficiencia o culpa.
Los incidentes que involucran a niños fueron descritos como evocando respuestas emocionales intensificadas. La vulnerabilidad de los niños, la naturaleza a menudo trágica de las circunstancias que los afectan y la identificación personal que puede surgir al interactuar con ellos hacen que estos casos sean particularmente angustiantes para los paramédicos.
La protección de los niños es un instinto humano básico, y presenciar su sufrimiento o no poder salvar sus vidas puede tener un impacto emocional profundo y duradero.
Finalmente, las situaciones en las que los paramédicos enfrentan amenazas personales añaden una capa existencial de estrés. Ya sea por la presencia de individuos violentos, entornos peligrosos o la posibilidad de resultar heridos en el cumplimiento del deber, la amenaza a la propia seguridad cambia la dinámica de la situación. Los paramédicos, cuyo objetivo es ayudar y proteger, se ven de repente en una posición de vulnerabilidad, lo que genera miedo, ansiedad y la necesidad de evaluar constantemente los riesgos, además de brindar atención médica.
Esta dualidad de roles, de cuidador a posible víctima, impone una carga psicológica única y desafiante. La identificación de estos tipos específicos de incidentes estresantes proporciona información valiosa para el desarrollo de programas de capacitación y apoyo dirigidos.
Rompiendo el Silencio: La Regulación Emocional como Tabú
Un hallazgo crítico y preocupante del estudio fue la indicación de que la regulación emocional es percibida como un tema tabú dentro de la comunidad de paramédicos. Esto sugiere que existe una renuencia cultural a discutir abiertamente las luchas emocionales, las dificultades en el afrontamiento o la necesidad de apoyo psicológico.
Esta cultura del silencio puede deberse a una variedad de factores, incluyendo la percepción de que expresar vulnerabilidad emocional es una señal de debilidad, la creencia de que los profesionales de EMS deben ser inherentemente fuertes e invulnerables a los impactos emocionales de su trabajo, o la falta de canales formales y seguros para discutir estos temas.
Este tabú tiene implicaciones significativas para el bienestar psicológico de los paramédicos. Si las dificultades en la regulación emocional no pueden ser discutidas abiertamente, los profesionales pueden sentirse aislados en su sufrimiento, ser reacios a buscar ayuda cuando la necesitan y verse privados del apoyo de sus pares.
La falta de un discurso abierto puede impedir el desarrollo de una cultura de apoyo mutuo y dificultar la implementación efectiva de programas de salud mental.
El estudio sugiere que una mayor conciencia y discusión sobre la regulación emocional y el estrés ocupacional podrían mejorar significativamente la adaptación psicológica a la profesión. Romper este tabú es crucial para crear un entorno en el que los paramédicos se sientan seguros para compartir sus experiencias, aprender unos de otros sobre estrategias de afrontamiento efectivas y acceder al apoyo que necesitan para mantener su bienestar a largo plazo.
La investigación enfatiza que, si bien los paramédicos experimentados han tenido la oportunidad de desarrollar mecanismos de afrontamiento a lo largo de sus carreras, a menudo a través de un proceso de prueba y error, los estudiantes de paramedicina aún se encuentran en las etapas formativas de adquisición de estas habilidades.
Esto destaca la necesidad de integrar explícitamente la formación en regulación emocional y el manejo del estrés en los programas educativos de paramedicina. Los estudiantes deben ser equipados con un repertorio de estrategias desde el principio y ser fomentados a hablar abiertamente sobre sus experiencias emocionales en un entorno de apoyo.
Conclusión:
En resumen, el estudio revela que paramédicos y estudiantes utilizan diversas estrategias, como distanciamiento psicológico y gestión de la atención, para afrontar el estrés de incidentes críticos en EMS. Sin embargo, los estudiantes luchan más que los profesionales experimentados con la regulación emocional, y el tema sigue siendo un tabú en la profesión.
Los incidentes con múltiples víctimas, niños o amenazas son los más estresantes. Los hallazgos subrayan la importancia crucial de la regulación emocional para la práctica de los paramédicos y abogan por un diálogo más abierto y apoyo para mejorar el bienestar de los profesionales actuales y futuros en el campo de los Servicios Médicos de Emergencia.
Referencias
Autor
El equipo de redactores de Sapue realizo esta historia, utilizando herramientas editoriales, de traducción e inteligencia artificial. El proceso de redacción contó con incidencia humana en cada etapa.