Estudio tailandés evalúa diversas herramientas de triaje prehospitalario, destacando la eficacia de GAP para identificar pacientes traumatizados que requieren intervenciones de resucitación, optimizando así la asignación de recursos y mejorando resultados.

Un estudio realizado en el Hospital Ramathibodi en Tailandia ha evaluado el rendimiento predictivo de diversas herramientas de triaje de trauma prehospitalario con el objetivo de identificar a pacientes traumatizados que podrían requerir intervenciones de resucitación (IR) dentro de las 24 horas posteriores a la lesión.

La investigación, basada en una cohorte retrospectiva de 440 pacientes de 15 años o más, de los cuales el 10% requirió IR, analizó el desempeño de herramientas tales como el Puntuación de Triage Revisada (T-RTS), la Escala de Coma de Glasgow, Edad y Puntuación de Presión Arterial Sistólica (GAP), la Puntuación de Mecanismo, Escala de Coma de Glasgow, Edad y Presión Arterial Sistólica (MGAP), la Puntuación de Alerta Temprana Nacional 2 (NEWS-2), el Índice de Shock (SI) y el Índice de Shock Inverso multiplicado por la Escala de Coma de Glasgow (rSIG).

Metodología y Participantes

Se realizó un análisis retrospectivo de una cohorte de 440 pacientes traumatizados, con el objetivo de evaluar la capacidad predictiva de diferentes herramientas de triaje prehospitalario para identificar a aquellos que requerirían intervenciones de resucitación. Los pacientes incluidos en el estudio tenían 15 años o más, y el 10% de ellos necesitó intervenciones de resucitación dentro de las 24 horas siguientes a la lesión.

Hallazgos Principales

Los resultados del estudio indicaron que las herramientas T-RTS, GAP, MGAP y NEWS-2 mostraron fuertes capacidades predictivas para las IR, con valores de AUROC de 0.969, 0.949, 0.971 y 0.929, respectivamente. La puntuación GAP, con un umbral de menos de 19, demostró la mayor precisión para descartar a los pacientes que no necesitaban IR, logrando una especificidad del 94.4% y un valor predictivo negativo (VPN) del 94.1%.

Importancia del Triaje Prehospitalario

El estudio destaca el papel crítico que juega el triaje prehospitalario en la optimización de las decisiones relacionadas con la atención y el transporte de pacientes traumatizados. Esto es particularmente importante en entornos de alta presión, donde las evaluaciones precisas son vitales. A pesar de la existencia de diversas herramientas de triaje, la investigación subraya la ausencia de un enfoque estandarizado para identificar a los pacientes que requieren IR, lo que plantea la necesidad de realizar más investigaciones para mejorar la precisión del triaje y la asignación de recursos.

Implicaciones Clínicas y Demográficas

Los hallazgos también revelaron diferencias demográficas significativas entre los pacientes que recibieron IR, observándose una menor proporción de mujeres y una mayor incidencia de colisiones de vehículos de motor. Los pacientes que requirieron IR presentaron lesiones más graves, lo que se reflejó en sus evaluaciones fisiológicas. El análisis estadístico del estudio confirmó que la herramienta GAP exhibió la mayor especificidad y valor predictivo positivo, lo que sugiere su utilidad para reducir el sobrediagnóstico y mejorar la utilización de los recursos en las instalaciones de trauma.

Recomendaciones y Futuras Investigaciones

En conclusión, el estudio afirma que las herramientas T-RTS, GAP, MGAP y NEWS-2 son efectivas para predecir la necesidad de IR en pacientes traumatizados. Se destaca, en particular, la puntuación GAP como una herramienta óptima para identificar a los pacientes que deben ser transferidos a centros de trauma de alto nivel, mejorando así los resultados clínicos y optimizando los servicios médicos de emergencia.

Conclusión

El estudio destaca la efectividad de GAP para predecir necesidad de IR en traumatizados, optimizando recursos y mejorando la asignación de pacientes a centros de trauma de alto nivel.

Referencias

Autor

El equipo de redactores de Sapue realizo esta historia, utilizando herramientas editoriales, de traducción e inteligencia artificial. El proceso de redacción contó con incidencia humana en cada etapa.